Un poco de diversión sobre ruedas.
Parecerá una barbaridad lo que voy a decir, pero pocas cosas te pueden aportar una sensación de libertad y placer parecida a la que sientes cuando te montas en un longboard y te lanzas cuesta abajo. Tú y la tabla. Los dos solos.
Son momentos de diversión difíciles de explicar en los cuales sabes que estás experimentando sensaciones que te llenan 100% y que te hacen ver todo de otra manera. Atraviesas el asfalto sobre la tabla y tu mente vuela.
Cuando acaba la cuesta, unos momentos para degustar la bajada y rápidamente estás deseando llegar arriba otra vez para volver a empezar. Y así hasta que el cuerpo aguante.

No hay comentarios:

Publicar un comentario